Ingredientes (12 unidades):
- Garbanzos en crudo - 250 gramos
- Cebolla - 1 mediana
- Ajos - 3 dientes
- Comino en polvo - media cucharadita
- Cilantro fresco picado - 2 cucharadas o perejil
- Pan rallado
- Sal al gusto
Poner en remojo los garbanzos en abundante agua a temperatura ambiente, ocho horas antes de empezar a hacer los falafel
Antes de empezar a hacer los falafel, tostar las semillas de cilantro en un cazo pequeño a fuego suave. Remover las semillas constantemente para que no se quemen. Este proceso nos puede llevar unos 5-8 minutos. Cuando las semillas desprendan un agradable olor, y la piel empieza a coger color, apartar del fuego y procesar con un molinillo de café, o un mortero, hasta romperlas lo máximo posible. Intentar que no queden trozos muy grandes de las semillas.
Poner los garbanzos en un escurridor y agitar para que pierdan la mayor cantidad de agua.
Echar los garbanzos bien escurridos, la cebolla cortada en trozos grandes, los ajos, las semillas de cilantro molidas, el comino en polvo y la sal, en un cazo mediano. Las hojas de cilantro o perejil las añadiremos después. Con una batidora de mano triturar todos los ingredientes hasta que quede una pasta fina, sin trozos grandes. Una vez hecho esto, añadir las hojas de cilantro o perejil y mezclar bien. Finalmente, poner la pasta en el centro del cuenco, taparla con una bolsa de plástico y meterla en la nevera, durante al menos, dos horas.
Antes de completar el tiempo de reposo, poner abundante aceite en una sartén y comenzar a calentar a fuego medio alto.
Transcurrido el tiempo de reposo, sacar la masa de la nevera. Poner un poco de pan rallado en un plato. Darle forma de croqueta. Una vez formada, volcar la croqueta sobre el pan rallado y rebozar.
Una vez rebozadas, freír a fuego medio hasta que estén doradas por ambos lados. Es preferible darles la vuelta varias veces para ir controlando la cocción de cada lado.
Una vez fritas, colocarlas en un plato forrado con papel de cocina absorbente.
Servir calientes.
Antes de completar el tiempo de reposo, poner abundante aceite en una sartén y comenzar a calentar a fuego medio alto.
Transcurrido el tiempo de reposo, sacar la masa de la nevera. Poner un poco de pan rallado en un plato. Darle forma de croqueta. Una vez formada, volcar la croqueta sobre el pan rallado y rebozar.
Una vez rebozadas, freír a fuego medio hasta que estén doradas por ambos lados. Es preferible darles la vuelta varias veces para ir controlando la cocción de cada lado.
Una vez fritas, colocarlas en un plato forrado con papel de cocina absorbente.
Servir calientes.
